Escribir es un buen ejercicio mental.
Mucha gente se ocupa de ejercitar el cuerpo, hay bastantes gimnasios. Está bien, aunque el cuerpo un día envejece. La mente, en cambio, puede mantenerse joven y lúcida más fácilmente y por más tiempo. Al escribir observas, meditas, analizas, ejercitas el lenguaje; activas, aumentas y actualizas el vocabulario, eres creativo, te concentras. Escribe lo que te guste: cuento, poema, artículo, diario, carta abierta o algún formato sin etiqueta.
Cuanto más practicas algo, mejor lo haces.
Lo mejor es que ni siquiera debes ser escritor, pero si lo eres, te doy la bienvenida a esta noble comunidad. De tantos empleos que hay, en muchos tendrás que leer y escribir. Si no escribir, tal vez argumentar, explicar, vender. No subestimes la utilidad de practicar y mejorar tu escritura. Claro que se nota la diferencia en quien escribe, observa, escucha y habla con una adecuada preparación.
Lo puedes hacer en muchos momentos y lugares.
Si tienes una PC o un artefacto portátil, siempre es adecuado usar el Word o un programa similar. Sin embargo, también basta con una lapicera y un pequeño block de notas que lleves en un bolsillo. El mejor momento es ahora. ¿Mucho calor, mucho frio, mucha niebla? Sin excusas, tanto el clima como otras circunstancias, pueden inspirarte. Así como algunas personas corren cinco kilómetros por día, puedes escribir 500 palabras por día.
Escribir se siente bien y hace bien.
Sublimación: "En psicoanálisis, transformación de los impulsos instintivos en actos más aceptados desde el punto de vista moral o social." Tu protagonista puede ser un héroe o un villano. Puede triunfar o ser vencido. Expresa sus ideas y sentimientos en el mundo y el contexto que tu mismo creas. Tu propones, construyes, juzgas, cambias detalles, criticas o dignificas posturas o ideas desde un teclado. Dejas salir tus inquietudes de manera constructiva y sin riesgo de lesiones deportivas.
Tu mirada del mundo también hace falta.
Como bien decía alguien: puede que un texto tuyo sea una gota en un océano, pero si no lo escribes, le faltará esa gota. Los lectores pueden coincidir con lo que escribas o gustar de ello, pueden pensar diferente o tener opiniones divididas que inviten al debate. Lo que escribas y subas a un blog o sitio web estará allí las 24 horas, todo el año. Incluso puede que esté bastante más tiempo después que hayas pasado por este mundo. Cada mirada del mundo aporta algo. hasta un reloj descompuesto da la hora correcta dos veces por día.
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