Leí esta obra de teatro porque me pidieron participar como expositor en un cineforo para un grupo de estudiantes de literatura de la universidad de San Carlos de Guatemala, no es mi fuerte el teatro pero decidí aventurarme y aceptar el reto. El pequeño tomo traía un prólogo escrito por Enrique Jardiel Poncela donde intentaba justificar su trabajo diciendo que no era su mejor obra pero sí la que más le había dado (quizá monetariamente hablando).
Su introducción es algo confusa y poco concluyente, a lo mejor quiso exaltar su trabajo o simplemente agregarle páginas al libro.
El libreto tampoco es muy convincente. No es por la época ni por el contexto, es más, si fuese uno de los actores que inicialmente leyera las páginas para ponerlo en escena, diría lo mismo que aquellos primeros intérpretes: "fracasará". Es posible que el éxito que le sobrevino sea porque la sociedad española estaba saliendo de una guerra interna y mundial y buscaban algo que, simplemente y a secas, los entretuviera.
No recomiendo la dramatización de la obra para todo público y no por su contenido, sino porque no la disfrutarían grandes como jóvenes. Tiene humor si bien no fino, un tanto complicado para ingresar a la trama en el que se desenvuelven. Además, los chicos de hoy prefieren un humor más visual o comida sexual.
De todos los personajes rescataría únicamente a los dos ladrones conversos. Me parecen los más originales de todos los que intervienen.
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