Anímate a escribir. Hoy mismo. En el mejor de los casos, cambiará tu vida de manera muy positiva; en el otro extremo, simplemente habrás practicado una habilidad, lo cual nunca es un tiempo perdido. ¿Has pensado cuántos procesos se ponen en marcha desde que tienes una idea hasta que terminas de escribir, corregir y publicar un texto? Algunos tal vez ya los conoces, otros los verás lo más detallados que nos sea posible en el tema de esta semana.
Inspiración
Pensemos, por ejemplo, en la inspiración. Existe el mito de las musas, cada cual con su nombre y su especialidad, pero no debes quedarte esperando que venga una en tu ayuda. No es un misterio, ni magia, ni mito. La asociación de ideas se favorece al reunir diferentes imágenes y experiencias. En otras palabras, realiza durante el día diferentes actividades, habla con varias personas, procura ir a diferentes sitios, conocer nuevas lecturas, canciones, series o filmes. La mente trabaja incluso mientras duermes, así que pon en marcha el proceso de reunir en tu mente la variedad, y las ideas vendrán.
"Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando." Pablo Picasso
Escribe desde antes que llegue la supuesta inspiración. La primera línea podría ser: "La página ya no está en blanco". Piensa en algo cotidiano, con una frase breve y simple:
"Mi teléfono celular está sobre la mesa".
No lo pienses mucho, escribe todas las posibilidades relacionadas con esa imagen. Tal vez tú no lo habías dejado ahí, o recibes una llamada desde un número desconocido, o esperas una llamada que no llega, o decides tomarte una selfie y sale algo inesperado, o descargas una nueva aplicación que es más de lo que esperabas, o lo que sea que puedas imaginar.
El crítico interno
El primer obstáculo, uno que se cobra muchas "victimas" es el propio crítico interno que puede hacerte dudar de que seas bueno para escribir, que tu relato sea interesante o que valga la pena escribirlo. Imagina que la esposa de Stephen King no hubiera rescatado del cesto de basura una página de Carrie, para darle ánimo y sugerirle mejoras. ¿Y si la autora de Harry Potter no hubiera pensado que valiera la pena escribir una novela de cientos de páginas sobre un niño y una academia de magia? ¿Y si se hubiera rendido con una docena de rechazos en editoriales? También otras personas pueden restarle importancia a lo que haces, pero es tu voluntad, tu perseverancia, tu autoestima lo que muchas veces marca un antes y un después.
El espíritu de la postergación
No aprendí lo suficiente todavía. Soy muy joven o viejo. No tengo mucho tiempo. El clima es pésimo, estoy triste, estoy molesto. No tengo muchas ganas ahora. Lo haré más tardeo mañana.
Pues un escritor siempre está aprendiendo y mejorando, toda la vida, pero con mucha o poca trayectoria, lo mismo debes practicar todos los días. ¿Tienes cierto estado de ánimo o hay cierto clima? En muchos casos, eso lo puedes aprovechar. Escribir cada día, de ser posible a la misma hora, ayuda a crear un hábito y una disciplina.
Estos son tres ejemplos de procesos mentales ante el inicio de una nueva idea para un relato. Hay procesos que involucran a otras personas, como la revisión y corrección de textos, la traducción, la promoción, las reseñas, las entrevistas, las presentaciones de libros. Iniciemos en este y los siguientes artículos el recorrido por esa interesante odisea hasta nuestra creación, camino del autor al lector.
Comentarios
Publicar un comentario